Una dosis de rebeldía para una vida más saludable

Vivimos en un mundo que a menudo no es saludable, lleno de normas culturales que van en contra de nuestro bienestar físico, mental y emocional. En este contexto, desde mi perspectiva, una pizca de rebeldía —ese impulso para cuestionar las reglas y desafiar lo establecido— puede ser clave para construir una vida más saludable, feliz y plena.

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Ahora bien, hablemos de «rebeldía». Esta palabra suele asociarse con algo negativo o disruptivo. Se percibe como una actitud de desobediencia que genera desconfianza, calificando a los rebeldes como irresponsables o poco convencionales. Sin embargo, ser rebelde no necesariamente implica caos o desorden. En realidad, se refiere a adoptar una postura diferente frente a lo establecido, lo que puede ser el primer paso para un cambio positivo.

Si miramos la historia, muchas de las personas que admiramos hoy —líderes, activistas y defensores de derechos— fueron rebeldes que cuestionaron sistemas opresivos para crear nuevas normas. Yo misma fui rebelde al desafiar la medicina convencional, aunque esa decisión me llevó por un camino de autodescubrimiento y transformación. En este blog, quiero invitarte a ser un poco rebelde también: cuestionar ciertas normas culturales y explorar alternativas para cuidar tu salud y vitalidad.

 

La evolución de la humanidad y nuestra desconexión actual

Para comprender cómo llegamos a este punto, reflexionemos sobre la historia de la humanidad. Durante más de 2 millones de años, las sociedades humanas vivieron como cazadores y recolectores, en pequeñas comunidades que seguían los ritmos de la naturaleza. Se alimentaban de alimentos integrales, trabajaban en equipo para sobrevivir y respetaban los ciclos del día y la noche.

Hace unos 10,000 años, todo cambió con la Revolución Agrícola. Comenzamos a cultivar, almacenar alimentos y asentarnos en comunidades más grandes. Luego, hace más de 250 años, la Revolución Industrial trajo consigo fábricas y tecnología basada en combustibles fósiles, marcando el inicio de un estilo de vida acelerado. Más recientemente, la Revolución Tecnológica y la Digital transtocaron la forma en que vivimos y trabajamos, conectándonos a dispositivos y pantallas constantemente.

Este ritmo vertiginoso, en contraste con los millones de años de evolución, ha creado un desajuste evolutivo. Nuestra biología sigue funcionando según patrones ancestrales, pero nuestra cultura moderna nos exige adaptarnos rápidamente a cambios artificiales y continuos. Literalmente, somos un experimento viviente, enfrentándonos a desafíos para los que no estamos preparados. Amate en el proceso.

 

Un entorno que no favorece nuestra salud

El mundo actual nos bombardea con reglas, críticas y expectativas poco realistas. Nos dicen cómo deberíamos vernos, cuánto deberíamos pesar, qué deberíamos vestir o cuánto dinero deberíamos ganar. Este enfoque superficial nos mantiene ocupados cumpliendo estándares, mientras ignoramos cuestiones más profundas relacionadas con nuestra salud y bienestar.

Como resultado, muchas de las enfermedades modernas son producto de este desajuste. Un estudio reciente publicado en PubMed (septiembre de 2023) revela que las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2, están aumentando en todo el mundo. Estas enfermedades, que eran raras en el pasado, son ahora comunes debido a nuestros estilos de vida modernos.

Nuestra biología no está diseñada para enfrentarse a este entorno proinflamatorio, donde el estrés crónico, la comida ultraprocesada y la desconexión social son la norma. Es necesario detenernos, observar nuestra realidad y hacer cambios conscientes.

 

La salud como un camino de libertad

Para mí, la salud no solo es una meta, es una forma de vivir con libertad y energía. Cuando estamos saludables, podemos aprovechar oportunidades, disfrutar plenamente de la vida y aportar lo mejor de nosotros mismos. Por el contrario, una crisis de salud puede limitarnos, frustrarnos y afectar a quienes nos rodean.

Quiero compartir brevemente mi experiencia personal. Crecí en un hogar donde la medicina convencional era la norma: mi padre era médico y mi madre odontóloga. En ese ambiente, seguí las reglas al pie de la letra, incluso trabajando como ingeniera en la industria del plástico. Sin embargo, las exigencias de cumplir con estándares culturales —dieta estricta, ejercicio intenso y autoexigencia extrema— comenzaron a pasar factura en mi cuerpo y mente.

Con el tiempo, desarrollé múltiples problemas de salud, desde migrañas y desbalances hormonales hasta enfermedades autoinmunes como el Hashimoto y complicaciones cardiovasculares. Me sentía atrapada en un ciclo de frustración, vergüenza y agotamiento, buscando soluciones rápidas en dietas y medicamentos que no resolvían la raíz del problema.

Fue entonces cuando decidí tomar un camino diferente. confrontar las normas y buscar respuestas fuera de lo convencional me permitió recuperar mi salud y redescubrir mi propósito.

 

La importancia de ser consciente y rebelde

Reconocer que nuestra cultura moderna está en conflicto con nuestra biología es el primer paso. A partir de ahí, podemos tomar decisiones más informadas y proactivas para cuidar nuestra salud. Aquí te comparto algunos consejos para desarrollar esa capacidad de «rebeldía consciente»:

  1. Mantente alerta y despierta. El mundo cambia rápidamente. Estar consciente de las elecciones que haces todos los días te permitirá adelantarte a los riesgos y prevenir problemas de salud.

  2. Adopta una mentalidad de aprendiz. Nunca dejes de aprender y experimentar. La salud no se trata solo de contar calorías o hacer ejercicio; abarca el manejo del estrés, la conexión social, la calidad del sueño y mucho más.

  3. Prioriza la prevención. Vivimos en un mundo proinflamatorio. Identifica y elimina desencadenantes de estrés, alimentos ultraprocesados y hábitos poco saludables. La prevención es clave para evitar caer en ciclos de enfermedad y agotamiento.

  4. Crea rutinas personalizadas. Diseña hábitos que se adapten a tus necesidades individuales. Experimenta, ajusta y encuentra lo que funciona mejor para ti. Recuerda que nuestra biología sigue patrones naturales de ciclos y oscilaciones; respétalos y encuentra un equilibrio sostenible.

 

¿Por dónde empezar?

El autocuidado es un buen punto de partida. Haz una lista de prácticas saludables que te gustaría incorporar en tu vida y elige una o dos para comenzar. No tienes que hacer cambios radicales de la noche a la mañana. La clave está en dar pasos pequeños y consistentes hacia una vida más saludable y equilibrada. En la entrada anterior te dejé algunas practicas recomendadas.

 

Un llamado a desafiar las normas por tu bienestar

Vivimos en una sociedad que, sin querer, nos prepara para fallar al ignorar nuestras necesidades biológicas y emocionales. Sin embargo, hoy más que nunca, tenemos acceso a información y recursos que nos permiten tomar decisiones conscientes y proactivas.

Ser rebelde no significa ir contra la corriente sin razón; se trata de cuestionar normas que no nos benefician y construir un camino propio hacia el bienestar. Mi experiencia y formación me han enseñado que este enfoque no solo es posible, sino necesario para vivir plenamente en un mundo que a menudo va en contra de nuestra naturaleza.

Te invito a explorar, cuestionar y desafiar las normas que no sirven a tu propósito de salud. Juntas, podemos redescubrir lo que significa estar saludables en el sentido más amplio: física, mental, emocional y espiritualmente.

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    Hola,
    soy Rossana

    Lidiaba con varias condiciones crónicas, tomando medicamentos para sentirme mejor, pero nada me curaba. Aunque desde afuera parecía que todo estaba bien, por dentro me sentía agotada y vacía, como si me estuviera apagando lentamente. Sin respuestas claras y sin motivación para seguir, mi vida se tornaba cada vez más oscura.