Cultivar el amor propio

Cultivar el amor propio es fundamental para nuestro bienestar y crecimiento personal. Aunque hoy no te sientas llena de poder, es esencial reconocer el amor propio que te ha llevado tan lejos y te mantiene en pie. Estás aquí, avanzando y superando desafíos que ahora ya no te definen. Aprende a tener paciencia contigo misma y nutre tu amor propio.

Durante años enfrenté una situación que ponía a prueba mi amor propio. Luchaba contra desafíos de salud debido al Hashimoto, y estaba atrapada entre la depresión y la ansiedad, con ocasionales ataques de pánico. Anhelaba encontrar una salida, pero no sabía cómo. Cuando veía a otras mujeres que transmitían confianza y éxito, me preguntaba: «¿Cómo lo hacen? ¿Cómo logran mantener su equilibrio mientras avanzan hacia sus metas?».

Decídete a cultivar el amor propio

Decidí que quería descubrirlo, no solo para mí, sino para compartirlo con otras mujeres que deseaban vivir saludables y plenas. A partir de mi energía creativa y pasión por el conocimiento, me sumergí en cursos de desarrollo personal, leí libros. También entrevisté a mujeres exitosas para saber qué hacían para cultivar su éxito y qué hábitos de autocuidado practicaban. Así surgieron estas 13 claves que me ayudaron a recuperar mi centro de bienestar y salud, y desde allí iniciar mi propio proyecto.

13 claves para cultivar amor propio:

1. Deja de compararte con los demás

Hemos sido educadas para ser competitivas, la mejor, por lo que compararnos con otros es natural. Simplemente no tiene sentido compararte con nadie más en el planeta, porque tú eres única. Más bien, concéntrate en ti misma y en tu ruta de bienestar. El cambio de energía, por sí solo, te ayudará a sentirte libre.

2. No te preocupes por las opiniones de otros

No te preocupes por lo que la sociedad piense o espere de ti. No puedes hacer felices a todos, por lo que esto es una pérdida de tiempo y solo ralentizará tu camino hacia esa mejor persona que aspiras ser.

3. Permítete cometer errores

Desde pequeñas nos dicen una y otra vez “nadie es perfecto, todo el mundo comete errores”. Pero cuanto mayor te haces, más presión sientes para no fallar nunca. Comete errores para poder aprender y crecer a partir de ellos. Estás cambiando y creciendo constantemente desde lo que alguna vez fuiste hasta lo que eres hoy y lo que serás algún día en el futuro.

4. Tu valor no reside en la apariencia de tu cuerpo

¡Esto es fundamental! Hay tantas cosas en el mundo que quieren distraerte de esta poderosa verdad. A veces, incluso tu propio sexismo internalizado afirma tus pensamientos de insuficiencia. Eres valiosa por lo que eres, no por tu cuerpo. Haz lo que sea necesario para hacerte sentir segura, cómoda y feliz.

5. No tengas miedo de dejar ir a las personas tóxicas

No todas las personas se hace responsables de la energía que aporta al mundo. Si hay alguien que está trayendo toxicidad a tu vida y no se hace responsable de ello, eso podría significar que debes alejarte de esa persona. No tengas miedo de hacerlo, es liberador e importante, aunque al principio pueda resultar doloroso.

6. Gestiona tus miedos

Sentir miedo es natural y humano. No rechaces tus miedos, entiéndelos. Interroga y evalúa tus miedos, esto te ayudará a ganar claridad y desenmascarar problemas de tu vida que te estaban causando ansiedad. Eso, a su vez, puede ayudar a aliviar parte, si no toda, de tu ansiedad.

7. Confía en ti misma para tomar buenas decisiones

Muy a menudo dudamos de nosotras mismas y de nuestra capacidad para hacer lo “correcto”, cuando la mayoría de las veces sabemos en nuestro corazón qué es lo mejor. Recuerda que tus sentimientos son válidos. No estás perdiendo el contacto con la realidad. Tu te conoces mejor que nadie, así que conviértete en tu mejor defensor.

8. Aprovecha las oportunidades o crea las tuyas

El momento nunca será perfecto para el próximo gran paso en tu vida. Puede que la situación actual no sea la ideal, pero eso no debería impedirte alcanzar tus metas y sueños. En lugar de eso, aprovecha el momento porque es posible que pase y nunca vuelva.

9. Ponte de primera en la lista de prioridades

No te sientas mal por hacer esto. Las mujeres, especialmente, pueden acostumbrarse a poner a los demás en primer lugar. Aunque hay un momento y un lugar para esto, no debería ser un hábito que te cueste tu bienestar físico, mental o emocional. Encuentra tiempo para relajarte y cuidar de ti, sin sentirte culpable

10. Siente tus emociones plenamente

Al igual que el miedo, el dolor y la alegría son emociones que te ayudarán a comprenderte mejor a ti misma y, en última instancia, a darte cuenta de que tu eres mucho más que tus sentimientos.

11. Encuentra la belleza en las cosas simples

Todos los días intenta distinguir y apreciar al menos una cosa pequeña y hermosa a tu alrededor. Toma nota de ello y agradece por ello. La gratitud no sólo te da perspectiva, sino que es esencial para ayudarte a encontrar la alegría.

12. Se amable contigo misma

El mundo está lleno de críticas y palabras duras; no agregues las tuyas a la mezcla. Háblate amablemente y no te maltrates. Celébrate a ti misma. Has llegado muy lejos y has crecido mucho.

Quédate con esto

El amor propio no llega de un día para otro, pero al trabajar en estas claves, lo asentarás en tu corazón. A pesar de las dificultades, recordarás esos momentos desafiantes como peldaños superados para llegar a una mejor versión de ti misma.

Compartir:

    Conéctate con la psicoespiritualidad - Rossana Riccio
    12 de April de 2025

    […] en que sientas que has perdido la conexión con alguna de estas dimensiones. En esos momentos, sé amable contigo misma y recuerda que este es un proceso de constante […]

    0
    0
    Tu sabiduría interior se nutre del amor propio - Rossana Riccio
    12 de July de 2025

    […] hablamos de sanación, tendemos a pensar en remedios externos. Pero el amor propio es la medicina más poderosa que existe. Cuando sigues tu sabiduría interior y te tratas con […]

    0
    0

    Deja un comentario

    perfil-blog

    Hola,
    soy Rossana

    Lidiaba con varias condiciones crónicas, tomando medicamentos para sentirme mejor, pero nada me curaba. Aunque desde afuera parecía que todo estaba bien, por dentro me sentía agotada y vacía, como si me estuviera apagando lentamente. Sin respuestas claras y sin motivación para seguir, mi vida se tornaba cada vez más oscura.