Soy Rossana Riccio

Creo que construimos nuestra realidad a cada momento. Pero quiero ser honesta contigo: no siempre viví con esta conciencia. Hubo un tiempo en mi vida en el que estaba completamente desconectada de mí misma.

En mi “vida anterior”, era ingeniera de materiales, gerente de proyectos en la industria petrolera, especializada en plásticos. Era una carrera desafiante, especialmente para una mujer en los años 90, por lo que me entregué por completo a cumplir con los estándares de éxito de aquella época. Desde afuera, parecía tenerlo todo bajo control, pero por dentro, me estaba apagando lentamente.

Vivía un ritmo de vida que me consumía. Resolviendo problemas de clientes a contrarreloj, saltando de un proyecto a otro, siempre con una maleta lista. Mi alimentación consistía en lo primero que encontraba y frente a la computadora y, aunque iba al gimnasio buscando “compensar”, mi cuerpo no daba abasto. Las migrañas, la sinusitis crónica y las noches sin dormir eran mi día a día, y los medicamentos se convirtieron en una muleta para seguir adelante.

Hasta que mi cuerpo dijo: “Alto.”
Las señales llegaron una tras otra: cistitis recurrentes, problemas digestivos, dermatitis, urticaria grave y edemas de glotis. Mi sistema inmunológico colapsó y, junto con él, mi vida tal como la conocía. Mi cuerpo no solo me estaba gritando; me estaba exigiendo un cambio.

Rossa-sobre

Un momento que lo cambió todo.

Recuerdo claramente cuando el endocrino me sugirió una biopsia de tiroides y el cardiólogo habló de un marcapasos, mientras me decía que considerara dejar mi trabajo… Tenía apenas 37 años. Ese fue un momento crucial. Me di cuenta de que mi cuerpo, mi salud, era lo único que me sostenía para cuidar a mi hija, para trabajar, para vivir.

Fue entonces cuando escuché el mensaje: “Ya no puedes seguir así.”
Por primera vez entendí que sin salud no hay éxito, ni felicidad, ni sueños posibles.

El despertar

Ese fue el punto de inflexión. Decidí recuperar mi salud y mi vida. No fue fácil, pero estaba decidida a sanar, por mí y por mi familia. Así empezó un viaje de transformación:

Aprendí que mi salud dependía de las decisiones que tomara cada día.

Descubrí que el amor propio no era un lujo, sino una necesidad.

Me di cuenta de que la felicidad no se encuentra afuera, sino dentro de mí.

Y comprendí que mis alimentos eran, en realidad, mi mejor medicina.

Empecé a explorar disciplinas como Reiki, TRE, PNL y Psiconeuroinmunología. Leí, estudié, asistí a talleres, experimenté y apliqué lo aprendido. Poco a poco, mi cuerpo comenzó a sanar. Las migrañas desaparecieron, mis nódulos tiroideos se fueron, y logré la remisión del Hashimoto. Mi salud dejó de ser una carga y se convirtió en mi motor.

Mis médicos no podían creerlo: “Lo que sea que estés haciendo, está funcionando.”

El propósito de mi vida

Hoy, después de certificarme en el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York y crear mi propio programa, tengo un objetivo claro: ayudarte a ti.

Quiero que constates tu misma que tienes el poder para sanar y transformar tu vida. Quiero que experimentes lo que significa sentirte realmente bien, en cuerpo, mente y espíritu.

Porque creo firmemente que todas merecemos una vida plena, vibrante y saludable. Cuando tomas el control de tu salud integral, no solo te percibes mejor; te sientes y vives como la mejor versión de ti misma. ¿Preparada para dar el salto? Yo lo logré, y estoy aquí para guiarte a que también la conquistes. Tu mejor versión te está esperando.